Los Primeros Hijos: Microrelatos






Vörj ~ Antes ~



        Mi organismo hace desaparecer el alcohol casi con la misma rapidez con la que yo me lo bebo -y puedo ser jodidamente rápido-. Una simple cuestión de metabolismo. Sin embargo, me encanta el sabor fuerte del tequila o, especialmente, el de los brebajes de Emu. Pero el Jack Daniel´s… el Jack Daniel´s es mucho más que una bebida. El Jack Daniel´s significa una larga tarde a solas conmigo mismo. A veces es una buena tarde y, casi siempre, una tarde de mierda. Salvo por el whisky, claro. El whisky siempre lo hace todo más soportable. Incluso las tardes a solas. Jack Daniel´s, tabaco de liar y esa puta música depresiva para revolcarme un buen rato en mis miserias. Podéis llamarme cabrón autocomplaciente. 
         Maldita sea, ¿quién dice que la vida no merezca la pena? 



*   *   *


Yo


       Todo en él era blanco. De un blanco distinto. De un blanco etéreo, casi irreal. Sus ojos, increíblemente azules, eran la única nota de color. Enmarcados, por supuesto, por las níveas pestañas. Níveas como el resto de su cabello. 
       Sentado en aquella tapia parecía no pertenecer a éste mundo. Pero claro… él no pertenecía a éste mundo. Pertenecía al mundo de los sueños, dónde todo tenía cabida. Yeialel lo miraba con una sonrisa en el amable rostro, mientras comía moras de cuando en cuando.
       —Me gusta esto, Paul —susurró mirando ahora al cielo—. Hay paz aquí. También tristeza… pero suele ser extraño encontrar la una lejos de la otra, al menos para nosotros.
       Y supo que en ése momento se refería a ambos, no únicamente a su gente, a su pueblo. Y era cierto. Porque aquella tierra, la suya, estaba llena de nostalgia. La misma que embargaba a aquel extraño muchacho inmortal cuándo estaba mucho tiempo fuera de su hogar.



*   *   * 


Ash ~ Antes ~


A veces se sentaba al borde del mundo para ver amanecer.
Lo hacía cuándo necesitaba recordar quién era, puesto que a veces... a veces lo olvidaba.

El sol salía y se llevaba los restos de la noche.
Salía y lo iluminaba todo.

Incluso a él.

A veces se sentaba al borde del mundo para ver amanecer.
Porque a veces… a veces olvidaba quien era.

Porque detrás de cada luz… hay una sombra.
Y él era la sombra.